UNA MADRE QUE NUNCA SE CANSA DE ESPERAR. UNA MADRE QUE NO VE A SU HIJO: LA MADRE DEL MILITAR.

Desde nuestra infancia, todos desarrollamos el amor hacia la familia, esos lazos que nos unen, que son inquebrantables, eternos, los cuales no se compran, no se venden y son propios, únicos e invaluables. Entre esos el amor innato a quien nos dió la vida, es algo indescriptible, está presente en toda nuestra primera infancia y va creciendo a lo largo de nuestra vida. 

Todos hemos tenido ese deseo de independencia, el abrirnos paso por el mundo, el sentirnos dueños de la vida y del firmamento, y es ahí cuando olvidamos que existe un ser, que daría todo por vernos de nuevo. Al final la vida, nos enseña que ese ser nunca se fue... siempre estuvo ahí, su amor infinito pase lo que pase siempre estuvo ahí, y las amargas experiencias frutos de nuestra aventura por la vida, dejan marcas que solo ese ser comprende y cura.... así todo el mundo esté en nuestra contra, ese ser encontrará la manera y forma de dar un halago y demostrarnos que nadie podrá cambiar su concepto... ese ser es nuestra MADRE. 

Este pequeño artículo está dedicado a todas madres, pero no cualquiera, sino a la madre del militar, aquella que  soporta, aquella que ve, aquella que calla, aquella que aguanta la lejanía y aquella que no entiende la vida militar, pero sabe que su hijo hace lo que le gusta, y es aquella que se alegra con ver  a su hijo con su uniforme más impecable blanco e inmaculado, pero siendo  aquella que también se enoja cuando le dice que no podrá estar en casa un día tan especial al año, todo  por cumplir con  sus deberes y obligaciones...


De mi madre  aún viva tengo mil recuerdos, los cuales, nunca olvidaré el día que me dejó libre, que me dejó en paz, que cumpla mi sueño en la vida... aquel día que me dijo anda y vuela como las aves y sé el dueño de tu propio destino, destino y paso que me he abierto entre muchas dificultades de mi carrera naval, pero sin embargo sus enseñanzas me dieron el temple para luchar sin escuchar comentarios, producto de la envidia y la infelicidad...

Esos recuerdos que perduran, que también le han sacado lágrimas, como aquel día que volvió a verme luego del primer mes del reclutamiento, ya distinto en mi fisonomía, en mi mirada, en mi forma de actuar, en mi forma de ver... cuatro años pasaron donde volver  a casa era sinónimo de celebración, el sentimiento de una película al saber que su hijo amado, el " MARINO" "EL UNIFORMADO", "EL TENIENTE" "EL CAPITÁN" volvía a casa.... todo esto era sinónimo de volver de la misma guerra. 

Mi madre al igual que las madres de muchos militares, NUNCA, PERO NUNCA, SE CANSA DE ESPERAR A SU HIJO AMADO....  su HIJO UNIFORMADO. 

No son comparables las expresiones ni palabras, al ver a mi madre, como muchas madres de militares, el  que vean a sus hijos regresar a casa de vacaciones, y pasar una Navidad y Fin de año con ellos, así como no hay una sensación de gozo y algarabía el llegar a casa y pasar con ella en su día, ya sea vestido de civil o  de uniforme como siempre le gustan a ellas vernos. Esos días, o en su día clásico, mi madre ya sea como guardiamarina, o ya graduado de Oficial, sus gestos, cariño y expresiones nunca cambiaron, si bien su rostro producto de los años deja sus marcas un sinónimo de sabiduría, su recibimiento es mejor que cualquier acto militar comparable a un ascenso o condecoración. 

Los días de las Madres vivido junto a ella, ya con mi grado de Oficial, nunca han cambiado, es un día que parece más de júbilo y homenaje para mí que para ella... los hijos son la razón de ser Madre, por eso siempre ella se alegra de ver a su hijo. 

Nunca he escuchado, que la madre de un militar no celebre su regreso, más aún el día de la Madre, todas lo hacen... ¿Porqué??????...

La repuesta muy sencilla... porque CASI NUNCA LO VEN... en mi caso, las guardias, las navegaciones, los pases fuera de la plaza, las comisiones, el tiempo con los hijos con mi esposa, mi mal genio, mi cansancio cuando entreno  o corro 15 km, hacen que a veces nuestro tiempo para compartir se reduzca. Ese sentimiento, es aún más fuerte con aquellos camaradas del Ejército y Fuerza Aérea, o que simplemente no son oriundos del lugar donde trabajan, al tener que alejarse de su casa y de su madre por meses. 


Una madre no es militar, PERO SIENTE IGUAL QUE UN MILITAR, no conoce de la guerra, pero siente la guerra interior que libra su hijo cada día... Mi madre ha sido esa sombra que ha estado atrás de mí.. en cada día, en cada guardia, en cada navegación, en cada clase que he impartido, en cada aventura que he contado en esta página, en cada foto que publico en cada red social, y en cada cosa que hago... no entiende de cómo es la doctrina militar, pero se enoja cuando sabe que algo no está bien y lo he hecho... se enoja cuando hago una hazaña temeraria que sólo me trae enemigos... pero también sabe en el fondo que todo hago por un sentimiento de bien común, en el que no se puede controlar un alma altiva y majestuosa que buscar vencer a lo invencible. 


Mi madre también se entristece... al igual que muchas, cuando nos ha tocada navegar, patrullar o volar... también se entristece cuando nos ha preparado un banquete y por nuestras obligaciones a último momento no podemos ir.... NO SABEN LA TRISTEZA QUE SE ESCONDE ATRÁS DE LA MADRE UN MILITAR, cuando publica una foto en una red social, aunque se ría, sienta que su hijo uniformado no estaba presente, y aunque todos hayan terminado su comida, siempre guarda ese plato reservado a su hijo amado, para que lo coma cuando regrese de su gran aventura marinera.

Ahora mis seguidores y amigos, ¿comprenden porqué la vida del militar es dura????? 

¿Sus madres han sentido lo que narro?????? 


La respuesta la sabe cada uno, pero la madre de un militar, siempre será esa persona atrás de sus logros y desaciertos, a quienes los grados, insignias, títulos y condecoraciones militares NO MENCIONAN, NO ESTÁN ESCRITOS, pero son ellas las verdaderas merecedoras de nuestras insignias y palas. Nunca jamás lo hubiésemos logrado sin ellas.

Ahora... hay madres militares, si madres de armas, madres de carrera... aquellas cuyo sentimiento es más fuerte y eterno... a ellas les daré su homenaje en su debido momento...


Mi madre aún está viva, muchos compañeros camaradas  de aire, mar y tierra ya no la tienen a su lado....Como muchos, por esta pandemia no la podrán visitar en su morada eterna, pero todos la tendrán en su mente y en sus corazones. Otros en cambio, han perdido a su madre protectora leal, y a su compañera de vida... su doble pérdida los hace ahora tener sobre sus hombros ese amor que solo sintió de niño  y que ahora servirá para criar a sus hijos con el mismo cariño que lo hizo su madre a él... el temple del militar lo hace grande, pero así mismo su ternura lo hace invencible....

Este es mi pequeño homenaje a nuestras madres, a nuestras madres, si aquellas que nunca se cansan de esperar y aunque su vida se acorte, hasta el último, siempre querrán ver a su hijo, si a su hijo amado, a su hijo uniformado. 


Si la tienes cuídala, si no mantén vivo su recuerdo.


Su amigo Víctor. 

Comentarios

  1. Bella narración.. debe ser difícil ser madre de un marino.. Verlo partir tantas veces..rezando para que le vaya bien siempre ❤️🙏🙏

    ResponderBorrar
  2. Que hermoso relato y esas palabras dedicadas a la Madre, toda madre siempre espera a su hijo.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario