Para iniciar las acciones en la guerra, como indica Sun Tzu, hay que tomar la motivación y las recompensas a ser obtenidas por las propias fuerzas para el logro de la victoria. Esto eleva la moral de las tropas, y las mantiene con el mismo espíritu y voluntad de lucha para continuar el conflicto hasta el fin de la guerra.
Lo que arrasa al enemigo es la imprudencia, y la motivación de los tuyos en asumir los beneficios de los adversarios.
Ya se ha hablado del liderazgo en el proceso de planificación de la batalla, ahora, esta premisa indica como el enemigo de cualquier tropa es la imprudencia, esto es, el obviar procedimientos, normas o consignas propias de la táctica o la estrategia, donde se deja más el criterio personal o la experiencia que la ciencia o las situaciones de entrenamiento, en base a las realidades para las cuales se ha practicado.
Tus enemigos, cualquiera que sea tu campo de acción o trabajo, poseen un motivación la cual los lleva a luchar, por consiguiente la motivación que debes dar a tus tropas o subordinados es asumir los beneficios que iban a tomar tus enemigos, de esa manera, habrás incrementado la moral de tus tropas y quebrado la voluntad de lucha de tus adversarios. Aprovechar la imprudencia del enemigo es vital, puesto que demuestra la poca preparación que tuvieron así como también la incompetencia de sus líderes, al llevarlos al fracaso. Negarle el botín o la gloria de la victoria al enemigo, es lo mismo que derrotarlo.
Cuando recompenses a tus hombres con los beneficios que ostentaban los adversarios los harás luchar por propia iniciativa, así podrás tomar el poder y la influencia que tenía el enemigo. Es por esto para lo que se dice que donde hay grandes recompensas hay hombres valientes.
Esta máxima de Sun Tzu, permite demostrar lo anterior, donde motivar a tus tropas, con la motivación del enemigo permite que en batalla demuestren todas sus habilidades y destrezas, lo que te hará como líder incrementar tu imagen, consiguiendo el respaldo total de tus tropas para la batalla. Al existir esta motivación en tus tropas, las cuales están entrenadas para la batalla, saben que van a lograr lo que enemigo quería, o en su defecto negar lo que enemigo anhelaba, eleva la moral general y permite continuar con el conflicto de una manera ininterrumpida.
Cabe indicar el efecto contrario, si prometes algo que no vas a cumplir, si engañas a tus tropas con una victoria fácil, y los utilizas como carnada, ellos te traicionarán al primer momento, y buscarán la manera de no entrar en combate por las pérdidas que van a obtener. Al aplicar el liderazgo, es necesario usar la sabiduría para planificar la batalla, analizar la motivación de tus hombres para ejecutar la maniobra, que aunque sea arriesgada con la motivación suficiente ellos lograrán la victoria.
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